DULCES CON ENCANTO
Empieza marzo, mes de la primavera de días mas largos ,de
torrijas, de flores tímidamente iniciándose….de colores, de olores,de sabores
distintos.
Madrid se merece un paseo largo tranquilo sin prisas,con
buen tiempo, mirando encima de nuestros hombros, y pararnos ante una fachada
con historia , ante un árbol centenario, una tienda con encanto, una
escalera especial , unos balcones que
después de años sabemos los que son posteriores al siglo XIX por sus forjados o
balustradas, o esos escaparates que nos obligan a aminorar el paso , a decidir
si pasar o no….pero pararnos.
Madrid se merece que
la descubramos, está llena de matices, y es necesario una mirada inquietante e
interesada con una buena dosis de información.
Lo cotidiano atrofia el interés y anula la observación.
Volvamos este mes a
esas cafeterías centerarias o no, pero con ese encanto que se merece una parada
, un café con una bollería o un dulce con encanto, o esperar que con
mascarilla y todo el olfato nos tiente a
entrar.
LHARDY
Llamé por teléfono por si daban desayuno, hablé con el
dueño Daniel, desde ese momento descubrí ese Lhardy que hasta ahora , por las
prisas, no había descubierto…
Desayuné con tranquilidad con sosiego disfrutando de esos
relojes,cajas registradora que nos
trasportan a esos siglos de glamour, a esa España que se ha tramado entre la
elegancia de esas paredes, bajo sus lámparas que evocan la etiqueta y la
solemnidad del romanticismo, o ese espejo que si hablase….
El dueño y una
empleada me ayudaron a descubrir cada detalle, cada momento, cada historia y
cada rincón,vi esa escalera protegida por la Comunidad… me dejaron libre con la
cámara….GRACIAS.
Me contó con tristeza esa historia reciente que nos abruma a todos,
esos empleados en ERTE, esos mas de 50 personas
que llegaron a tener y que ahora debido
al momento actual a lo mejor cierran.
Cierra no un establecimiento cualquiera, cierra parte de la
historia de nuestra ciudad, cierra ese siglo XIX que nos ayudaba a todos a
rememorar esa historia que no hay que olvidar para no volver a caer en sus
errores….cierra Madrid.
Esperemos qué con las ayudas, el turismo controlado, la
buena voluntad de todos, hagan resurgir estos establecimientos que dan vida a
nuestra ciudad.
Lhardy tiene una elegante fachada de caoba, y sus
escaparates tentadores…entras y huele a siglos XIX.
Sus salones guardan secretos e historias, la anécdota del corsé de nuestra reina Isabel II,
o que prefería comer allí que en palacio…..
Benlliure, Azorín, Gómez de la Serna, Benavente, Baroja,
Unamuno, el bautizo del hijo mayor del marqués de Salamanca….recibieron elogios
acompañados de brioches y croisant recién hechos, que siempre ayudaban a pasar la tarde.
POCO DE HISTORIA
(Que nunca viene mal)
Emile Huguenin era
un joven pastelero francés de principio del siglo XIX, que perfeccionó sus conocimientos
en Paris en un lugar llamado Lhardy.
En 1839 abrió un establecimiento en una de “las calles más
transitadas de Madrid “ según dejo escrito B.Perez Galdos,la carrera de San
Jeronimo.
Desde el principio, el repostero francés
mostró un carácter enérgico y afable que hizo que la pastelería tuviera buena
aceptación. Dicho con palabras de Galdós, Lhardy vino a Madrid a "poner
corbata blanca a los bollos de tahona ". Fueron
populares sus petit-choux,
los éclairs,
las mille-feuilles y
de igual forma los brioches y cruasanes.
Poco a poco se fue convirtiendo en restaurante, tiene varios salones, el discreto salón japones recibió en mas de una ocasión al general Primo de Rivera, y también en uno de sus salones se decidió el nombramiento de Aniceto Álcala Zamora como presidente de la segunda república.
Algunos de los platos
que hicieron famoso a Lhardy han sido los callos a la madrileña, las truchas
escabechadas, el faisán, las perdices encebolladas…, y sobre todo su
célebre cocido, que chiflaba a la propia Isabel II.( Y no solo a ella)
Su receta de lenguado al vino blanco recibe en algunos restaurantes franceses
la denominación de ‘lenguado Lhardy.
Pasar por sus puertas
y no tomarse unas torrijas,un dulce o con el frío del invierno un consomé que hasta hace
poco era autoservicio…es no disfrutad.
La vida de Lhardy solo
fue interrumpida durante la Guerra Civil, espero que durante muchos años
podamos comentar lo mismo.
Sr Concejal de cultura, le invito a desayunar esos cruasanes,o esas torrijas esta Semana Santa que no vamos a poder salir…y después Daniel le explica esas fotos, esos salones, esos espejos con historia, historia de nuestro Madrid que hay que aprender , valorar y no olvidar.
El croquetero se hizo celebre en la película 55 días en Pekín.
Al salir miramos al suelo.
https://www.lugaresconhistoria.com/casa-lhardy-madrid
CASA MIRA
La Navidad es
sinónimo de luces, de compras, de
mercadillos, de alegría, de canciones, de bullicio….y este año también de
pandemia, y de poca familias en las casas, pero el turrón no ha faltado,
reunión de pocos o muchos la bandeja con mas o menos arte no falta en ninguna
mesa.
Un homenaje a Chelo,mi tía,que con sus bandejas nos admiraban a toda la
chiquillería, sus sobrinos, por su arte,los cortaba de diferentes formas y
tamaños y su colorido.Y después nos
explicaba,todos los años, que estaban comprados en la mejor tienda de turrones
de Madrid, os llevaré para que elijáis vosotros.Creo que ese día nunca llegó, pero
no importa sus bandejas y sus turrones eran de diez.
Hablar de turrón es de
hablar de casa Mira establecimiento centenario que se mantiene al pie de cañón
desde siglo y medio, en la carrera de San Jeronimo, calle que lleva más de 7 años, levantada arreglándola, dicen.
Hace compañía en la
misma calle a otro centenario a Lhardy.
Nos detenemos,
miramos, vemos,olemos y nos centramos en esos escaparates que nos cautivan ,
que giran y giran ,de caoba y de madera que dejan espacio a los turrones, mazapanes,y
dulces de todo tipo.
Es uno de los lugares golosos de nuestra capital.
POCO DE HISTORIA
El responsable de todo esto es Luis Mira,
nacido en Jijona (tierra turronería por excelencia) quien tuvo un primer
contacto con Madrid en 1842 cuando vino a Madrid a vender sus turrones
en uno de los tradicionales puestos de la Plaza Mayor. El hombre vio el
éxito que tenían sus productos así que lo vio claro ¿Por qué no coger los
bártulos y mudarse a la capital para abrir en ella un establecimiento fijo?
Dicho y hecho. Cargó su carro, preparó sus burras y un buen
cargamento de turrón y emprendió la odisea. Cuenta la leyenda que hasta en
cuatro ocasiones tuvo que reiniciar el viaje porque su género era tan bien
valorado, que lo vendía todo por el camino y tenía que regresar a por más.
En 1855 abría su local en la Carrera de San
Jeronimo, convirtiéndose en la primera tienda y fabrica de turrones de Madrid.
¿Su secreto?Utilizar ingredientes de primera calidad y elaborar todo de manera artesanal, sus dulces cautivaron a todo Madrid incluida la casa real a quien administraba y vendía dulces.
https://www.secretosdemadrid.es/casa-mira-un-dulce-secreto-de-madrid/
ANTIGUA PASTELERÍA EL POZO
La antigua pastelería
del Pozo es la mas antigua de Madrid, 1830. En el siglo XX fue comprado por propietarios Julián Leal y ya son tres
generaciones que siguen este proyecto
con ilusión.El interior está intacto desde entonces, la caja registradora es de 1834, fabricada en Cuba y todavía en uso.
En 1810 había en este
solar una tahona.
El secreto es su
elaboración, tradicional.
Su nombre viene de la calle que esta ubicada la calle del Pozo a las espaldas de la Carrera de San Jerónimo.Según la leyenda existía un pozo que hacía milagros.
https://antiguapasteleriadelpozo.com/historia
MANTEQUERIA BERMEJO
Entre finales del
siglo XIX y principio del XX los hermanos Bermejo crearon una franquicia
familiar, 6 establecimientos distribuidos
por la capital, actualmente quedan 2, uno en la calle Zaragoza esquina a San
Cristobal, a dos pasos e la plaza Mayor y otro en la calle Santa Engracia.
Conserva muy bien la
fachada que permite una exhibición de los productos de los escaparates.
Lo que llama la atención esa explicación escrita a mano sobre cada dulce.
https://comerciosantiguosdemadrid.com/2015/05/31/mantequerias-bermejo-hermanos-calle-zaragoza-2-barrio-de-sol/
La trastienda de Madrid. Javier Leralta.E.La libreria
A esa familia que me regaló este libro, no sabía, o si, porque me conocen bien, que me estaban regalando un tesoro.Gracias.